Gracias a nuestros amigos de Ziploc® por patrocinar este artículo. Como siempre los comentarios, opiniones y tentempiés son de mi autoría.
Esta es otra de esas historias culturales que te cuento de vez en cuando.
Cuando era una niña viví en un pueblito en México, lo suficientemente pequeño para que la gente se conozca, pero lo suficientemente grande para tener un gran cinema, al menos por una temporada.
Mi mamá, tías y abuela, recuerdo, nos llevaban a las matinees del sábado. En una ocasión recuerdo que entramos con una gran bolsa del mandado llena de vasos, bolsas con palomitas de maíz, cacahuates, una cubeta llena de limonada fresca, una botella de salsa San Luis, y también unos cuantos limones.
Otras personas en el pueblo hacían lo mismo. Los dueños del cinema permitían que las personas trajeran botanas y comida de sus casas, eso creo yo, ciertamente los empleados lo permitían.
Todos nos la pasábamos muy bien viendo la doble función y comiendo nuestras botanas. Nunca se me ocurrió que tal vez esa es la razón por la que el cine cerró sus puertas.
Y recuerdo que una ocasión antes de ir al cine aquí en Los Estados Unidos, mi esposo me vió poniendo comida en mi bolsa antes de ir al cine y con una cara sorprendida me dijo “¿Qué estás haciendo?.”
Te pregunto, mi leal lector, ¿cómo se suponía que supiera que no podía traer mi comida al cine?
Por favor te pido que no supongas que estoy sugiriendo que metas comida al cine. Hay otros lugares o circunstancias donde traer tus propios tentempiés es necesario.
Yo sé que algunos se sorprenderán con esto, pero la iglesia es uno de esos lugares, al menos cuando mis hijos eran pequeños (me acordé de esto cuando, el pasado domingo, vi a una mamá sacar una bolsa de Ziploc® Snack Bag con botanas para su pequeño.)
Reuniones es otro de esos lugares. Por mi propia salud siempre escondo algunas botanas en mi bolsa, porque ya sabes esas reuniones donde dicen que habrá comida, es casi un código para decir, café, donas y quizá una limonada endulzada con algún químico.
Estaría mintiendo si te digo que no disfruto de una dona de vez en cuando, pero dime, ¿tengo que comerme una en cada reunión?
No, y es por esto que traigo mis propias botanas. Escondo desde nueces, cacahuates, queso, hasta zanahorias y palomitas de maíz.
Largos paseos en coche, ceremonias de entregas de premios, conferencias de negocios y caminatas al aire libre son otros ejemplos. Nunca es imposible traer suficiente tentempiés en las caminatas, ¿no creés?
Juegos de secundaria o prepa de basquetbol, volleyball, futbol, son perfectos para traer tus propias botanas.
A mi me gusta usar bolsas de Ziploc® para cargar mis botanas o tentempiés ya que puedo ponerlas dentro de mi bolsa o mochila sin temor de que manchen todo lo que tengo dentro. Además pueden ser recicladas.
¿Te gustaría retarte a ti misma a organizarte mejor, comer mejor, o divertirte más? Checa mis retos anteriores de organización y de energía y checa más ideas en la página de facebook de Ziploc® ¡Saludos!
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