Prende el asador de tu estufa a 400 grados F (approx 200 grados C).

Saca los filetes del refrigerador, sazónalos con 1 ½ cucharaditas de sal y pimienta recién molida al gusto, por ambos lados. Déjalos reposar sobre una tabla de madera por 25-30 minutos. Deben estar a temperatura ambiente antes de cocinarlos.

En lo que la carne reposa. Coloca los chiles poblanos sobre una charola para hornear y ponlos bajo el fuego, voltéalos conforme se vayan asando. Sácalos del horno y déjalos enfriar por cinco minutos.

Rebana las cebollas en ruedas de aprox. ¼ pulgada de ancho. Pela y retira las semillas de los chiles poblanos. Córtalos en tiras. Deja aparte.

Calienta una sartén antiadherente (o de hierro forjado) sobre fuego medio alto. Vacía una cucharada de aceite de oliva. Coloca cuidadosamente los filetes en la sartén y cocina 1 minuto por lado para sellarlos.

Añade los ajos, ramas de orégano y mantequilla a la sartén. Fríe los filetes 3-4 minutos por lado (o al gusto dependiendo del nivel de cocimiento deseado). Báñalos de vez en cuando con los jugos y mantequilla derretida.

Retira los filetes de la sartén y reposa por 10-12 minutos. Este paso es importante para que la carne reacomode sus jugos.

Mientras la carne reposa. Calienta dos cucharadas de aceite en una sartén sobre fuego medio-alto. Agrega la cebolla y sofríe hasta que se torne transparente. Añade las tiras de chile poblano, granos de maíz, y 1/2 cucharadita de sal. Revuelve y cocina por 4-5 minutos más. Deja aparte.

Rebana los filetes en tiras, cubre con las rajas de poblano y sirve inmediatamente.